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La familia es el entorno en el que nos vinculamos, tomamos referencias de comportamiento, deberíamos sentirnos seguros y protegidos y recibimos las pautas sobre lo que es beneficioso y/o perjudicial para nosotros. Los adultos son los referentes que condicionan nuestro comportamiento al establecer límites, aceptar nuestra naturaleza y expresar su relación con sus hijos.
La educación de los hijos es un desafío, no se enseña de antemano, sino que se aprende sobre la marcha. A menudo, con las mejores intenciones, los adultos cometen errores al educar que pueden perjudicar y afectar negativamente a los niños. El modelo educativo familiar ha evolucionado a lo largo del tiempo, dejando atrás el modelo autoritario, que prevaleció hasta mediados del siglo XX, dando lugar a un modelo democrático-permisivo en el que la autoridad y el respeto del adulto son constantemente cuestionados. Aunque el modelo autoritario no es considerado adecuado, es importante encontrar un equilibrio y controlar las situaciones conflictivas que surgen en las relaciones familiares. De esta manera, los adultos transmiten a los hijos un mensaje de seguridad y protección, fomentando un vínculo familiar seguro.
Siguiendo nuestra línea terapéutica, podemos identificar seis tipos de familia:
Ofrece una visión integral de la psicología que permite identificar la problemática de cada caso y personalizar la terapia recurriendo al modelo psicológico adecuado para cada individuo.