Aunque psicología, psicoterapia y coaching pueden parecer similares en su enfoque en el bienestar emocional y el desarrollo personal, existen algunas diferencias importantes entre estas disciplinas:
La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento humano y la mente.
La psicoterapia es una forma de tratamiento para ayudar a las personas a superar problemas emocionales y psicológicos que utiliza técnicas psicológicas.
El coaching, por su parte, es un proceso de desarrollo personal y profesional en el que un coach trabaja con un cliente para ayudarle a alcanzar sus objetivos.
En ese sentido, la psicología abarca tanto la psicoterapia como el coaching, así como otros aspectos del comportamiento humano y la mente. La psicoterapia tiene un enfoque más profundo en el que se atienden no solamente objetivos a alcanzar sinó problemas que se definen como patológicos y que merecen un abordaje por parte de un profesional sanitario. El coaching, por su parte, se utiliza para mejorar la vida de una persona en áreas como el trabajo, las relaciones y la salud emocional, pero no atiende la patología.
Veamos algunos puntos que comparten los procesos de intervención psicoterapéutica que lleva a cabo un psicólogo con los procesos de desarrollo personal que lleva a cabo un coach.
En resumen, el coaching y la psicoterapia comparten muchas similitudes, incluyendo un enfoque en los objetivos, un proceso interactivo y un enfoque en el desarrollo personal y la mejora de la calidad de vida. Diferenciándose por el hecho que el psicólogo atiende además aquellas dificultades que se han convertido en problemas que forman parte de la patología.
Desde nuestra disciplina, la psicología y el ejercicio de la psicoterapia no podemos diferenciar el coaching de nuestro tratamiento psicoterapéutico y entendemos el coaching como intrínseco a la psicoterapia.
La terapia sistémica es un enfoque terapéutico que se centra en las relaciones y los sistemas sociales en los que las personas están involucradas, como la familia, la pareja, el trabajo y la comunidad. Considera que los problemas emocionales y psicológicos de un individuo no se pueden entender ni tratar de manera aislada, sino que están influidos por las dinámicas y patrones de interacción dentro de su sistema.
Se parte de la premisa de que todo sistema está compuesto por diferentes partes interrelacionadas y que cualquier cambio en una parte afecta a todas las demás. Por lo tanto, se pone énfasis en comprender cómo las personas se influyen mutuamente, cómo se comunican y cómo se desarrollan los roles y las dinámicas dentro del sistema.
La TBE presenta un enfoque terapéutico que se aplica a diversos tipos de problemas en las relaciones humanas, ya sea internamente con uno mismo, en las interacciones con los demás: familia, relaciones laborales, y otros escenarios, o en la relación con el mundo en general.
Según este enfoque estratégico, los problemas a los que nos enfrentamos son el resultado de cómo interactuamos con la realidad. Frente a la percepción de un problema, solemos utilizar estrategias habituales basadas en el sentido común, pero en lugar de resolverlo, estas estrategias pueden exacerbarlo, o mantenerlo en un ciclo pernicioso.
La Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR, por sus siglas en inglés) es un enfoque terapéutico ampliamente reconocido y respaldado por la comunidad científica. Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) y los Departamentos de Asuntos de los Veteranos y de Defensa de los Estados Unidos lo recomiendan como tratamiento para el estrés postraumático, aunque en la actualidad se utiliza para abordar cualquier problema que genere malestar emocional.
El nombre «Programación» se refiere a la capacidad de «reprogramar» la forma en que pensamos y actuamos, para alcanzar nuestros objetivos. El objetivo de la PNL es ayudar a las personas a liberarse de los patrones de comportamiento que influyen en su manera de actuar y a reorganizar eficientemente los componentes de un sistema para lograr los resultados deseados.
La PNL considera que las personas son constructores activos de su propia realidad y experiencias. Reconoce que cada individuo organiza e interpreta la información del mundo de acuerdo con su propia percepción y construye su mapa interno de la realidad. La PNL reconoce la interacción entre los procesos mentales (neuro), el lenguaje (lingüística) y el comportamiento (programación) y examina cómo estos elementos se entrelazan y afectan mutuamente.
La depresión es una dolencia cada vez más común en la consulta debido a la fuerte presión a la que nos vemos sometidos diariamente, las dificultades que enfrentamos en la vida y nuestra forma personal de percibir el entorno y resolver los problemas cotidianos.
Los síntomas que definen el perfil depresivo incluyen tristeza, trastornos del sueño y la alimentación, cansancio excesivo, desmotivación, apatía, falta de ilusión y renuncia a las cosas placenteras de la vida.
Ofrece una visión integral de la psicología que permite identificar la problemática de cada caso y personalizar la terapia recurriendo al modelo psicológico adecuado para cada individuo.