¿TIENES DEPENDENCIA EMOCIONAL?

Bajo el punto de vista de la Terapia Breve Estratégica, los problemas se analizan a partir del conocimiento del Sistema Perceptivo Reactivo de la persona. ¿Cómo funciona este sistema en el caso de cualquier dependencia?
Explica nuestra forma de percibir una sensación, provocada por una situación determinada, para después descubrir nuestra reacción, desencadenada por la emoción con la que hemos conectado.

Le dijo que el amor era un sentimiento “contra natura”,
que condenaba a dos desconocidos a una dependencia
mezquina y malsana, tan efímera- como intensa.
(Gabriel García Márquez: Del amor y otros demonios)

En el caso de la DEPENDENCIA:

Frente al problema de la DEPENDENCIA EMOCIONAL la solución que se encuentra es: como no soy capaz de luchar, me dejo llevar. Esto produce un efecto en nuestra reacción: la dependencia aumenta. Frente a esta reacción, me siento (emoción) más débil e inútil , y reacciono con una mayor dependencia. Y así establecemos un círculo del que es difícil salir.

Podemos afirmar que todas las dependencias se originan en la misma área cerebral, y funcionan de la misma forma. La dependencia emocional pues, entra en ese círculo vicioso del que, realmente, resulta muy complicado salir.

Hay que luchar siempre con un principio de negación de la persona dependiente que suele ser muy defensiva a la hora de reconocer lo que le sucede. Suele desarrollar esa dependencia estructurada sobre el MIEDO. El sujeto que ama de forma obsesiva,
está lleno de miedo: Miedo a la soledad, a ser rechazado, a no ser querido, a no ser digno.

El MIEDO lleva a la persona a evitar una situación, o a controlarla excesivamente. La dependencia basada en el miedo conducirá a la persona a evitar actuar diferente de lo que cree que desea el otro y a evitar pensar en su verdadera realidad, y a controlar excesivamente todo el entorno afectivo para hacerlo lo mejor posible. La persona dependiente está siempre en alerta. Necesita tener el radar conectado siempre para poder lograr que todo salga como ella cree que debería ser y espera que sea. Al mismo tiempo es controlada por la pareja, que suele ser a menudo, por no decir casi siempre, una persona que utilizará esa actitud de la dependiente para reafirmarse y sentirse cada vez más fuerte, hasta llegar a anularla en muchas ocasiones.
A medida que el que era débil se torna fuerte en esa relación tóxica, la que era fuerte se va debilitando.

La cuestión es que se da en numerosos casos que la persona dependiente es activa, inteligente y muy potente; mientras que su pareja es el débil que aparenta ser fuerte: Es el que irá absorbiendo la energía del otro para cambiar el peso del plato de la balanza hacia el lado que le interesa: EL BUITRE QUE VIVE CON LOS CARNÍVOROS PORQUE SE APROVECHA DE SU CAZA.

A menudo la persona dependiente ha vivido una situación traumática en la infancia que le ha hecho sentir que no es merecedora de un afecto sano. Ha aprendido que es normal sufrir y que debe asumir el papel de “salvadora”.
La persona con dependencia emocional suele tener la siguiente estructura de pensamiento: “Yo puedo elegir: ser yo misma o ser lo que desea el otro. Si soy yo misma, temo no gustar, me abandonarán y me sentiré vacía. Si hago lo que desea el otro, gustaré, se quedarán conmigo, y me sentiré llena”.
El precio es la dependencia, el ser lo que el otro quiere, sacrificando los propios deseos, necesidades y afectos. También la autoestima.

¿A qué lo que conduce el “ser lo que desea el otro”?
– A estar en alerta siempre para CONTROLAR, lo que quiere la pareja y lo que NO debemos hacer
– A sentirnos culpables cada vez que se genera un conflicto
– A aceptar el CONTROL de la pareja ante lo que hacemos, aunque no estemos de acuerdo
– A decir que SÍ a todo lo que nos pide, aunque no lo aceptemos
– A llegar a aceptar el maltrato psicológico y la manipulación

Como subraya Ferzan Ozpetek en su novela “Como un suspiro”:

«En el fondo también el amor es un delito perfecto: a veces te mata, otras veces te hace más
fuerte, sin embargo, en todo caso representa la coartada perfecta para cada una de tus
locuras…»

El proceso de “desintoxicación” resulta largo y doloroso para la persona con dependencia emocional. Es un camino que comienza por el reconocimiento de la realidad, que ya es un primer paso importante. Continúa por la aceptación de que es absolutamente necesaria la separación, y por la separación en sí.
Al lograr dejar la adicción a la pareja, quedará un vacío que se tendrá que llenar. Es lo más complicado: el reencuentro de la persona consigo misma. El premio: retomar las riendas de su vida, ser dueña de sí misma.

 

“He buscado tanto mi lugar en el mundo, y estaba dentro de mí: aquí mismo, donde
me late el corazón, donde fluye mi sangre, donde respiro, lloro y río estando viva. Mi
destino soy yo. No me abandonaré.” (Como un suspiro, Ferzan Ozpetek).

 

Esperamos que este artículo te haya ayudado.

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*foto de «Cottonbro en Pexels»

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