
Cómo romper una relación: guía para tomar una decisión difícil
Tomar la decisión de terminar una relación nunca es fácil. Puede implicar emociones encontradas, dudas y el temor de lastimar a la otra persona. Si te estás preguntando cómo romper…
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Cuántas veces nos decimos “si yo tuviera un trabajo interesante, si practicara un hobby, si conociera muchas personas, si viajara más… ¡entonces yo tendría de qué hablar y sería más interesante y sociable!…”
Pero hay muchas personas que a pesar de tener todas estas características no resultan interesantes sino todo lo contrario, pueden ser muy pesadas y pedantes, pues sólo hablan de sí mismas y de sus cosas. ¿Conoces alguien así, verdad?
En este artículo queremos proponerte cuatro sencillos consejos que puedes aplicar siempre que conozcas a alguien nuevo y a quien quieras agradar y causar una buena impresión, sin necesidad de desplegar tu encanto sobre cosas basadas en ti o en tu “interesante vida”:
En primer lugar, cuando conocemos a una persona y le preguntamos su nombre -o ésta nos lo dice de entrada, o alguien nos la presenta- , es importante retenerlo bien, y repetirlo cada vez que nos dirijamos a ella. Muchas veces olvidamos prestar atención a esta información, y es muy importante ya que a las personas nos gusta que nos llamen por nuestro nombre, y demuestra interés. Y si cada vez que nos dirijamos a ella la llamamos por su nombre, esa persona se sentirá halagada e importante.
En segundo lugar, en el inicio de nuestra conversación preguntaremos de dónde es y a qué se dedica, aunque no sea nada extraordinario o sea algo que ya sepamos por otras fuentes.
Después buscaremos algo que tengamos en común o que estemos viviendo en ese momento (por ejemplo le podemos pedir su opinión sobre lo que estamos degustando o bebiendo en una fiesta), o podemos comentar algo en lo que que estemos de acuerdo y permitir que así se exprese con mayor confianza y con una cierta complicidad.
Y por último, el último consejo es que no debemos olvidar seguir haciendo preguntas, aunque no tengamos realmente mucha curiosidad sobre el tema, pues las personas interesantes son siempre personas curiosas.
Ya ves que no es necesario convertirte en una fuente inagotable de anécdotas, conocimientos o experiencias, sino que precisamente al mostrar interés en el otro hará que te vean como alguien interesante. En general a todos nos gusta que nos presten atención, y al sentir que una persona se interesa por nosotros hace que automáticamente esa persona nos guste y nos parezca más interesante.
Esperamos que puedas ponerlo en practica, suerte , y ¡hasta la próxima!
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